Historia
  • En 1959 la norteamericana Sarita Kenedy East (1889 – 1961) mientras estaba en Chile decidió que la mayor parte de su fortuna debía ir en ayuda de los pobres que había visto por toda Latinoamérica. Su corazón se dolió de ellos, a quienes llamó sus hijos, y decidió que ayudarlos era para ella "la privilegiada obligación que Dios le había asignado". Mujer dueña de una inmensa fortuna en Texas, Estados Unidos, viuda y sin hijos, Sarita siempre sintió como gran responsabilidad espiritual frente a Dios ayudar a los más desposeídos a aliviar sus necesidades.

    Así en 1960 Sarita Kenedy compró esta tierra para que los Monjes Trapenses establecieran aquí su Monasterio. Más tarde, al cambiarse a un lugar más apartado, los Monjes decidieron que su enajenación se destinara a realizar la Obra de Caridad de la Fundación San José de La Dehesa. El 17 de Diciembre de 1960, el Cardenal Eugene Tisserant, Dean miembro del Colegio de Cardenales de Roma, le escribió a Sarita para "expresarle sus agradecimientos y aprecio por su generosidad y sensibilidad en tomar como responsabilidad personal la preocupación que tiene la más alta prioridad en la Iglesia Católica hoy día". Poco tiempo después, en Febrero de 1961, falleció de cáncer en el Hospital de St. Vincent, Nueva York, dejando expresas instrucciones para que su fortuna fuera en ayuda de los más pobres de Latinoamérica.

    Luego de su muerte, su voluntad no pudo ser cumplida en la forma que ella había previsto. Pero Dios, que escribe recto con líneas curvas, tuvo bien en su Providencia Misericordiosa hacer de esta tierra una fuente de bendición para sus amados pobres en Chile, permitiendo que miles de familias de escasos recursos tengan hoy una casa digna. Al costado sur de la Iglesia puede verse la escultura y placa recordatoria en honor a Sarita Kenedy East.


    Construcción de la actual parroquia:
    A principios de los años 90, junto con el inicio del desarrollo inmobiliario del Fundo La Dehesa donde se ubicaba el antiguo Monasterio Trapense, se pensó en la construcción de un Templo que se constituyera en un lugar de oración y culto para las familias que vendrían a vivir en estos terrenos. Los Monjes Trapenses quisieron, con ello, expresar su agradecimiento a Dios por la gran ayuda que comenzaba a entregarse a nuestros hermanos más necesitados con los recursos provenientes de estas tierras. Al mismo tiempo, la familia Rabat se sumaba con gran generosidad a esta idea, a fin de contribuir al crecimiento de nuestra Iglesia y dar fuerte impulso al desarrollo de este hermoso valle de La Dehesa. Así nació esta digna Casa del Señor que hoy cuenta con una entusiasta feligresía que llena sus misas dominicales y que busca con interés participar en la vida de su Parroquia.